miércoles, 6 de enero de 2010

Ovinos en Uruguay : La necesidad de un nuevo rumbo












La ovinocultura nacional se encuentra frente a un punto de quiebre. Las señales que observamos desde hace mucho tiempo a nivel mundial (p.e.: Australia y Nueva Zelanda) muestran la necesidad de recorrer un nuevo camino, que recién estamos comenzando a transitar a nivel local", sostenía Montossi en la primera parte de esta nota, publicada en la pasada edición de El País Agropecuario.

Ahora describe las prioridades de la investigación, analiza los factores a considerar y presenta sus conclusiones.
En este escenario, el INIA ha concretado sus esfuerzos de investigación en:

1) Mejora de la eficiencia reproductiva (vía nutrición y manejo) de majadas tradicionales de doble propósito, como Ideal y Corriedale. A modo de resumen de estas propuestas de INIA La Estanzuela, Treinta y Tres y Tacuarembó (Méd. Vet. G. Banchero e Ings. Agrs. I. De Barbieri, F. Montossi y G. Quintans) en el Cuadro 1 se presenta la importancia relativa de las diferentes medidas de manejo y alimentación que permiten la reducción de pérdidas de corderos (72 horas posnacimiento) cuando se dan las condiciones para que la producción de corderos supere el 100% de parición.

2) En conjunto con el SUL, se desarrollan evaluaciones genéticas poblacionales en las razas Corriedale, Ideal, Romney Marsh, Texel y Merilin, para generar EPDs en las características de mayor importancia económica, tratando de afinar las lanas (razas doble propósito) y de aumentar, concomitantemente, el peso del vellón y el crecimiento y la calidad carnicera de los corderos.

3) La evaluación del uso del Merino Dohne (MD) en cruzamiento con el Corriedale (Corr) o en forma pura, realizada en INIA Tacuarembó (Ings. Agrs. F. Montossi, I. De Barbieri, G. Ciappesoni y S. Luzardo), demuestra que es posible reducir rápidamente el diámetro y mejorar sustancialmente la calidad de la fibra, y la producción y la calidad de carne de la raza base Corriedale, sin comprometer necesariamente aspectos de producción de lana (vellón limpio) y la eficiencia reproductiva, aunque falta más investigación en aspectos de sanidad animal de estos nuevos biotipos. Hasta el momento los resultados han sido muy alentadores (Cuadro 2). En general, los trabajos más recientes demuestran que las tendencias encontradas se mantienen en la segunda cruza de MD x (MD x Corr) a favor de la inclusión de una mayor proporción de MD. Estos trabajos de afinamiento de lanas medias se complementan con los encarados por el SUL en el desarrollo de un programa de afinamiento de lanas dentro de cada raza (por ejemplo, el proyecto de afinamiento de las lanas medias en la raza Corriedale).

Finalmente, en el Basalto Superficial, y en partes superficiales del Cristalino del Centro y del Este, la orientación predominante debería ser la producción de lanas de altísima calidad (lanas finas y superfinas) (Figura 1).

En este escenario, la producción de carne será un subproducto del sistema. No obstante, no existen impedimentos tecnológicos para que algunas empresas de estas regiones se especialicen en la producción de corderos que podrán posteriormente ser invernados por otras empresas, en otras regiones, que dispongan de áreas mejoradas para este fin, o en la propia región o el establecimiento en las áreas de mejor capacidad productiva.

También hay espacio para la producción de corderas cruza que puedan ser utilizadas por otros sistemas de producción, más intensivos, como vientres con mejor capacidad reproductiva.

En este escenario, desde 1998, el INIA, el SUL, la ARU y la Sociedad de Criadores de Merino Australiano del Uruguay desarrollaron el Proyecto Merino Fino del Uruguay. Hoy, la producción de lanas por debajo de las 20 micras supera el millón y medio de kg. Al comenzar el Proyecto, se estimaba que la producción de este tipo de lana era inferior a los 40.000 kg. Es un negocio muy rentable y consolidado en el Uruguay, con una industria textil que paga por calidad de producto, dando señales muy claras a los productores de qué tipo de lana producir.

A partir de un Merino medio (21-22 micras) y con el uso de modernas tecnologías de genética, acompañadas de adecuadas medidas de manejo-sanidad-alimentación-reproducción, dentro del Núcleo de Merino Fino de la Unidad Experimental Glencoe de INIA Tacuarembó durante el período 1999-2007, se ha logrado un importante progreso genético anual, donde ha sido posible reducir sustancialmente el diámetro de la fibra (0,27 micras/año) y aumentar el peso vivo (160 g/año) sin reducir el peso del vellón limpio (4 g/año).

En la Figura 2 se presenta la variación de precios de acuerdo al diámetro de la fibra. Es claro que los mayores retornos se logran a partir de diámetros de fibra inferiores a 19 micras, aunque a través de los años la tendencia muestra que éste es un "objetivo móvil" hacia lanas cada vez más finas.

La cabaña nacional ya dispone de reproductores que producen lanas finas y superfinas, y se cuenta con un eficiente programa de mejora genética dirigido técnicamente por el SUL y el INIA (con generación de EPDs), que les permite a los productores de majada general adquirir carneros (y hembras) que pueden, en las progenies, reducir el diámetro de la fibra, aumentando concomitantemente el peso del vellón y del cuerpo, e inclusive generando animales resistentes a parásitos gastrointestinales.

Ahora, cumplida esta etapa, uno de los desafíos de la investigación nacional –y con un fuerte compromiso del INIA y de la Sociedad de Criadores de Merino Australiano del Uruguay– es la generación de animales que produzcan lanas por debajo de las 15 micras (lanas ultrafinas).

Éstas son de altísimo valor y, de comprobarse la factibilidad tecnológica de producir este producto en Uruguay, en regiones de campos superficiales, sería de gran beneficio económico y social para una gran masa de productores y sus familias.

Otros aspectos a considerar

Dependiendo del futuro acceso a los mercados que Uruguay tenga para su producción ovina, los diferentes sistemas de producción mencionados generarán productos diferentes: corderos pesados, corderos superpesados, etc.

No cabe duda de que la tendencia de los grandes consumidores de carne ovina del mundo es que la carne provenga de canales más pesadas (dentro de ciertos rangos) y más magras. De profundizarse el desarrollo y la especialización tecnológica de la industria frigorífica que faena ovinos, ésta debe contar con condiciones para diversificar la oferta de productos que maneja.

Asimismo, se deberían otorgar posibilidades de desarrollo de sistemas de producción diferenciados como los que se mencionaron, para abastecerse también de corderos a lo largo del año y asegurarse de disponer de una cierta homogeneidad en animales, canales, cortes y calidad de carne, para proveer a los diferentes mercados de destino.

La futura complejidad de la oferta de productos primarios (corderos cruza, pesados y superpesados, machos, hembras, criptorquídicos, etc.) requerirá que los industriales ajusten sus sistemas de clasificación y tipificación -objetivos y modernos- de canales, donde se discrimine por calidad y se reconozcan sus diferentes aptitudes para la producción de cortes de valor y calidad de carne, en función del mercado de destino.

El adecuado funcionamiento de la cadena implicará sistemas de valoración precisos y confiables, que remuneren diferencialmente las canales de acuerdo a su destino industrial, generando así las señales económicas en relación al tipo de producto demandado por la industria.

En el caso del mercado de lanas a nivel nacional, este proceso de diferenciación de precios por calidad de producto en base limpia comenzó bajo contrato en la presente década, con un particular énfasis en lanas de 20,5 micras de diámetro o menores. Durante este proceso se han incorporado otras variables que determinan el valor diferencial del producto (color, largo de mecha y resistencia de la fibra).

En estas últimas zafras también se evidenciaron, respecto de las lanas medias, algunas señales positivas, como premiar las lanas más finas (por ejemplo, 26-27 micras). Estos estímulos de los últimos años, dados por la industria textil, posiblemente se acentúen, como ocurre en otros mercados de importancia a nivel mundial, de manera de acompañar los requerimientos de la demanda.

Reflexiones finales

Para capitalizar las oportunidades identificadas y evitar o superar algunas de las amenazas actuales y potenciales que limiten las posibilidades de expansión y desarrollo de la producción ovina nacional, será necesario articular entre todos los agentes una estrategia global que atienda tanto las necesidades de innovación tecnológica como las asociadas a factores "no tecnológicos".

Ello debería ser una prioridad nacional, a nivel de los sectores primario e industrial, público o privado, para permitir incrementar la productividad y calidad de nuestra lana y carne ovina.

Paralelamente, es necesario:

a) El desarrollo y la profundización de políticas agresivas de acceso y penetración en nuevos mercados y ampliación de los actuales para nuestros productos del ovino.

b) La mejora de la competitividad de la producción ovina nacional vía estímulos de mejora de la productividad y calidad del producto, en un marco de reconversión del producto generado (carne y lana), acompañando así las señales del mercado internacional.

c) Finalmente, y entre otras medidas, for-talecer una política agresiva de estrategias

de marketing y promoción de nuestra lana y carne ovina.

En un proceso de mejora continua y de análisis estratégico, la innovación tecnológica puede y debe jugar un rol fundamental en la mejora de la competitividad de las cadenas cárnica ovina y textil-lanera del Uruguay.

Ambas generan una mayor competitividad interna de la producción ovina frente a otros rubros muy competitivos (agricultura y forestación). Pero sin duda estamos frente a la necesidad de un cambio de rumbo del rubro, que necesita de una visión y apoyo estratégico, particularmente si consideramos su importancia económica y social para Uruguay.

El crecimiento, la competitividad, la diferenciación y el agregado de valor de las cadenas textil y cárnica ovina del Uruguay debe basarse en una participación activa, un compromiso y una visión compartida entre todos los agentes.

De otra manera, estaremos condenados al fracaso y a la frustración de muchos agentes de las cadenas mencionadas, pero en particular de un gran número de productores, empresarios y asalariados que tienen a "la oveja" como gran sustento de vida y de desarrollo personal y familiar.

No encarar este desafío de cambio y no poner en marcha un plan de acción alternativo que internalice los cambios ocurridos en los sistemas de producción y los mercados, significará que la historia nos juzgue duramente en las siguientes generaciones, por no haber estado a la altura de las circunstancias.

Pese a los inconvenientes que enfrentamos, la producción ovina fue y será rentable. No nos podemos quedar en lo que pasa hoy, porque, como dijo Albert Einstein, "no pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo".

Y la crisis no debería ser obstáculo, pues el mismo Einstein, con su sabiduría, afirmaba que hablar de crisis es promoverla y que callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora: la tragedia de "no querer luchar por superarla". Porque se puede, inspirados en el emblemático tango "Cambalache" decimos que en este mundo cambiante, tuvimos que superar dificultades…

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