sábado, 23 de enero de 2016

Que la oveja se adapte a situaciones de déficit de forraje no significa que se lo planteé como la alternativa de producción


“Ciertamente para una de las tantas producciones que ofrece la oveja, como es la lana, se podría ir incluso más allá”
Muchas veces hemos escuchado que la oveja resiste situaciones de escasez de comida, es más hay quienes plantean esto como una de las ventajas del rubro. Ciertamente para una de las tantas producciones que ofrece la oveja, como es la lana, se podría ir incluso más allá, habida cuenta de que su eficiencia de conversión de alimento en lana aumenta conforme disminuye la oferta de forraje, ya que produce fibra a expensas de sus reservas corporales. Situación que permite definir estrategias de pastoreo en función de la época del año y de la curva de producción de pasto del campo natural uruguayo. Así los animales acumularían reservas en épocas de abundancia de pasto (otoño y primavera), para utilizarlas en épocas de penurias (invierno-verano); incluso dependiendo de la raza que se considere, se podría aprovechar también la respuesta al fotoperíodo que manifiestan las razas como el Corriedale y el RomneyMarsh en verano y sobre todo  en otoño.

Sin embargo y salvo las categorías solteras adultas (capones), el resto de los animales de una majada resentiría su crecimiento (corderos), su recría (reposición) y su desempeño reproductivo (ovejas en gestación avanzada y lactancia), sin considerar los daños a una de las principales características de la lana como es la resistencia de la fibra cuando la escasez de alimento es pronunciada y las demandas animales son crecientes.

Vale decir que esa suerte de creencia de que la oveja “aguanta lo que venga” es en principio cuestionable. Pero además es peligroso trasmitir (o aceptar) ese mensaje porque sin ir más lejos es una de las causas de que el ovino se maneje en el país como un animal “todo terreno” y claramente ocupando un papel marginal (aunque suelen llamarlo “complementario”) frente a la ganadería vacuna. Basta ver donde se concentran hoy las pocas cabezas de ovinos que hay en el país.

Ahora bien, ¿es importante discutir este punto? Estoy convencido que sí, al menos porque soy de los que cree que en este país no puede desaparecer la producción ovina.

La oveja tiene -afortunadamente- un techo productivo muy lejano, pero ese “techo” está en la carne ovina, lo que no necesariamente determina producir menos lana o de peor calidad que la actual. Dos son los procesos básicos para la producción de carne de cualquier especie (incluida la oveja): 1.

La cantidad de animales/temporada sexual (reproducción) y 2. La velocidad con que ese  producto se comercializa (crecimiento). Ambos procesos requieren comida de calidad, pero no siempre y tampoco todos los individuos.

Este matiz es importante porque economiza uno de los costos más significativos de los sistemas de producción como es el alimento de calidad y deja en evidencia una carencia de muchos productores ovinos: desconocen cuáles son esos momentos y sobretodo desconocen cuáles son los animales que más responden (sea en términos de tasaovulatoria, sea en términos de crecimiento del cordero). Nótese que estamos siendo muy optimistas y dejamos de lado a los que lisa y llanamente no se preocupan de esto y todos sus ovinos el año entero se alimentan de lo que el año permitió desarrollar los potreros donde pastorean, que generalmente también, son los peores del campo.

La comida de calidad no necesariamente considera el uso de pasturas mejoradas, también se podría utilizar en forma estratégica pequeñas cantidades de suplemento sea previo al servicio, sea previo a la encarnerada o al cordero al pie de su madre durante la lactancia (“creep-feeding”). Vale decir que tampoco es excusa no contar con campos con posibilidades de realizar mejoramientos forrajeros. Cantidades tan pequeñas como 5kgde suplemento proteico (≥45% PC) focalizado entorno al servicio, 7kg de suplemento energético (maíz, sorgo, cebada, etc.) en la última semana de gestación (en ambos casos se incluye el acostumbramiento y no resulta imprescindible hacerlo a todos los animales, siendo clara la necesidad de identificar en tiempo y forma cuáles son los vientres que más responderían a tal mejora en la alimentación) y/o 18 kg de suplemento energético-proteico al cordero a partir de los 40 días de edad y hasta su comercialización permitirían aumentar la tasa ovulatoria en forma por demás significativa, minimizar la mortalidad de corderos (particularmente mellizos) y permitir aun en campo natural ganancias del orden de 150 g/día durante toda la lactancia a los corderossuplementados y venderlos con edades sensiblemente inferiores a lo que actualmente ocurre.

Ahora bien, volvamos a la identificación de los momentos y de los animales del lote para asignar una alimentación y un manejo diferencial. ¿Qué se requiere para ello? Personal capacitado y asistencia técnica especializada en el rubro ovino. Lo primero no es casual que se vea mayoritariamente en los productores más exitosos o “de punta”, lo segundo –lamentablemente- se ve muy poco en ganadería y casi nada en producción ovina. No estamos considerando a los técnicos que administran sus propios campos, ni tampoco a las instituciones que en teoría podrían brindar asistencia técnica. Los primeros no necesariamente están al tanto de las tecnologías existentes (sobre todo su implementación) para mejorar eficientemente los indicadores reproductivos de las ovejas y el crecimiento de los corderos y la reposición. Los segundos no cuentan con los recursos necesarios para alcanzar a una proporción relevante de los productores del país. El asesoramiento debe ser sistemático y en forma conjunta con el personal del establecimiento comercial y además debería implementarse no una, sino varias tecnologías a lo largo del ciclo productivo, que en conjunto, determinan el éxito de la propuesta.

La Agronomía es una ciencia, donde el método científico necesariamente debe ser puesto en práctica. Así se hace en la agricultura cuando se decide aplicar un herbicida o fungicida, o se define fertilizar con cual o tal fertilizante y dosis sobre un cultivo. También en un feedlot de vacunos cuando se utiliza determinada dieta. De la misma forma cuando se decide regar una pastura o se interviene sobre un monte de eucaliptus o pinos.

En todos estos casos, se mide algo, para en función del resultado, aplicar determinada tecnología y en todos estos casos hay un técnico que sabe lo que está haciendo.

¿Por qué ello no ocurre generalmente en ovinos? La respuesta a esta interrogante es muchísimo más importante que las expectativas que se puedan generar con la aparición de nuevos mercados, que ya no son “nuevos”, entre otras cosas porque hace por lo menos 5 años que se nombran los mismos destinos y no tengo muy claro cuántos contenedores exportó Uruguay y que ventajas tuvo eso para el sector primario en su conjunto.

Es también más importante que los predadores y que el robo de hacienda, no porque desconozca su impacto, vaya si será importante, pero lamentablemente no está al alcance de los productores que todavía tienen sus majadas1 y que de ellos solos depende el deseo de cambiar. De lo contrario, no estaría nada mal al comenzar un nuevo año, unsinceramiento definitivo de lo que verdaderamente aspiramos para la ovinoculturanacional.

1 Los robos de animales decididamente no y aunque para los predadores existen alternativas disponibles en el país: perros de guarda, llamas, alambrado eléctrico, etc., no existe un uso masivo de dichas tecnologías, caso contrario no sería siendo un problema insalvable en algunas zonas del país.