lunes, 25 de noviembre de 2013

Para mejorar la calidad de la leche ovina la alternativa son las levaduras

•Investigadores de la UNL demostraron que la suplementación con esos microorganismos es ideal para obtener un buen nivel de grasas y proteínas lácteas. El estado general de las ovejas también se ve beneficiado.
Mediante la adición de levadura en el alimento diario, investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) lograron una mejora significativa en la calidad de la leche de ovejas. Se trata de una suplementación que no genera ningún tipo de efectos secundarios y que contribuye a mejorar el estado general de los animales. Según manifestó Carina Boggero, que trabajó en el proyecto de la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV) de la UNL, la idea era analizar qué sucedía cuando se les suministraba levaduras vivas a un rodeo de ovejas que posee la Escuela Granja de la FCV. Luego de proporcionada en la dieta, hacían un análisis de leche que incluía un recuento de células somáticas, un método indicador del estado de salud de la glándula mamaria. “Tomamos 20 ovejas que tenían altos recuentos de células somáticas al inicio de la lactación y suplementamos con 10 gramos de levaduras por animal y por día, que iban mezcladas con el alimento que se les daba en el momento del ordeñe” contó.
Células somáticas
Boggero explicó que las células somáticas son – básicamente- glóbulos blancos que viajan desde el torrente sanguíneo hasta la glándula mamaria para neutralizar bacterias o cualquier agente externo que la pueda afectar. Un alto nivel de esas células indica una baja calidad de la leche y un pobre estado de salud general del animal. “Una baja de la calidad de la leche implicaría que tenga menos grasas, proteínas y sólidos en general, pero además un aumento de algunos iones, que son negativos para la calidad de la leche. Para evitar esa disminución de la calidad y que esas células influyan negativamente en la lactancia tenemos que lograr que se mantengan bajas o que al menos no suban en cantidad desmedida”, comentó. Boggero apuntó que el recuento lo hicieron sobre la leche cada 15 días, desde el día 45 hasta el día 145 de lactancia, tomando muestras y enviándolas a Sunchales, al Laboratorio de Análisis Lactológico de la empresa Sancor.
“Luego de realizar el análisis estadístico de todos los datos, vimos que el conteo de las células somáticas de esas ovejas, a partir del día 75 de haber comenzado a consumir las levaduras, descendió de manera brusca y se mantuvo constante y a niveles bajos hasta el final de la lactancia”, destacó.
Al mismo tiempo, aclaró que las dosis de levaduras suministradas a los animales fue la recomendada para ovinos por la proveedora del producto.
Cómo actúan las levaduras
Pero ¿Porqué levaduras? Según afirmó la especialista, porque se trata de organismos que poseen en su pared celular un componente que estimula al sistema inmune del animal. De ese modo, puede responder de manera efectiva ante la entrada de un patógeno externo como pueden ser bacterias que penetren en la glándula mamaria en el momento del ordeñe. Pero no es todo, ya que son microorganismos que también aportan muchos otros efectos benéficos sobre el animal.
“La suplementación no genera ningún tipo de problemas. Estas levaduras están incluidas en los grupos conocidos como Aditivos Alimenticios, así que uno las puede utilizar sin ningún inconveniente y traen muchos beneficios, porque no sólo aumentan el estado inmunitario de los animales, sino que también logran mejoras en la producción láctea en general por lo que están indicadas para la suplementación en los rodeos lecheros”, añadió.

A futuro
Boggero planteó que ahora trabajarán con más animales, de los cuales tomarán un grupo testigo al que no se suplementará con levaduras. De este modo, podrán ajustar los datos de la dieta. “Incluso tenemos pensado probar con distintas dosis: 7, 10 y 15 gramos por día a cada animal e incluir otras cepas de levaduras”, finalizó.

Fuente:
Mgter. Vet. Carina Boggero
Jefe de Trabajos Prácticos
Facultad de Ciencias Veterinarias
Universidad Nacional del Litoral
Esperanza,Santa Fe.

La coccidiosis en el ganado ovino


Con el término coccidiosis se conoce la infección producida por diversas especies de protozoos pertenecientes a la subclase Coccidia, género Eimeria. Es una infección ampliamente difundida que afecta principalmente a los animales jóvenes de entre tres y cuatro semanas de edad.
De las 16 especies de Eimeria que parasitan al ganado ovino, las más patógenas son E. ovinoidalis y E. crandalis, aunque generalmente se producen infecciones  mixtas por varias especies (figura 1). Los ooquistes esporulados de Eimeria están constituidos por la asociación de varias membranas y contienen en su interior cuatro esporocistos y cada uno dos esporozoítos. Las características morfológicas de los ooquistes, tamaño y tiempo de esporulación permiten la diferenciación de las especies.
Epidemiología
La infección del ganado ovino se produce principalmente en explotaciones intensivas, en las que los animales se mantienen en espacios reducidos en contacto con las heces. Los corderos son los más receptivos a la infección y pueden llegar a eliminar cantidades superiores a 100.000 ooquistes/g de heces. Así, el hacinamiento de los animales y las deficiencias higiénicas contribuyen a mantener la infección.
Por otra parte, los ooquistes resisten varios meses en lugares húmedos y sombríos, especialmente en zonas comunes de abrevaderos, comederos y en la cama, donde se acumula un elevado número, por lo que en explotaciones intensivas los brotes clínicos pueden presentarse en cualquier momento. Por el contrario, la dispersión de los ooquistes reduce las posibilidades de infección en los corderos que se encuentran en pastos. A todo ello hay que añadir otros factores que contribuyen a incrementar la gravedad de la infección, como son los cambios de alimentación, las infecciones por bacterias, virus, parásitos y las deficiencias de vitaminas o minerales.
 
Patogenia
La infección por Eimeria cursa con intensa diarrea y adelgazamiento, factores que vienen condicionados tanto por la destrucción de las células parasitadas como por la imposibilidad de las células no parasitadas de realizar la absorción de los nutrientes ingeridos. La multiplicación del parásito conlleva, además, la liberación de fluidos a la luz intestinal, dando lugar a láminas de fibrina que se depositan sobre las vellosidades.
Por otra parte, la denudación de la mucosa intestinal se acompaña de la pérdida de electrolitos y proteínas con la consiguiente aparición de diarrea y deshidratación, junto con la rotura de vasos sanguíneos. La pérdida de funcionalidad de los enterocitos no parasitados, la muerte por apoptosis de las células epiteliales con alteraciones funcionales y la pérdida de enterocitos como consecuencia de la multiplicación parasitaria determinan una intensa reducción en la capacidad de absorción de nutrientes, especialmente de carotenos y vitamina A, ya que estos disminuyen significativamente en el plasma de los animales infectados.
La gravedad de la infección está determinada fundamentalmente por la cantidad de ooquistes ingeridos y por el estado de protección del propio hospedador, y son frecuentes las infecciones por Clostridium y otros microorganismos causantes de enterotoxemias.
Mecanismos inmunológicos
La citotoxicidad mediada por anticuerpos es el mecanismo inmunológico más eficaz en la lucha frente a Eimeria. Las células parasitadas expresan antígenos del parásito que determinan la formación de complejos antígeno-anticuerpo. Las células marcadas por los inmunocomplejos son lisadas por diversas poblaciones celulares que expresan en su superficie receptores para la fijación de complemento. Por tanto, la lucha frente a Eimeria requiere la coordinación de la respuesta inmunitaria humoral y celular.
Cuadro clinico: síntomas y lesiones
A pesar de que el ganado ovino de cualquier edad puede contraer la infección por las diversas especies deEimeria, son los corderos de 2-4 semanas de edad los más receptivos, y los signos clínicos suelen evidenciarse a partir de las 4 y hasta las 7-8 semanas de vida. El síntoma más característico en los corderos infectados es la diarrea, con heces blandas y malolientes, que pueden ser sanguinolentas en el caso de E. ovinoidalis, mientras que en las infecciones por E. crandalis las heces son de color gris verdoso, con exudado mucoso y también puede producirse tenesmo rectal. Estos signos clínicos se acompañan de disminución del apetito, anemia, adelgazamiento, mal estado general, deshidratación y debilidad, que progresivamente determina la muerte de los animales más afectados (5-10 %). Por el contrario, los animales inmunizados soportan la infección con un elevado número de ooquistes sin manifestar síntomas.
Al realizar la necropsia, aparte del estado del animal, cabe destacar la enteritis catarral y petequias hemorrágicas en la parte media y posterior del intestino delgado, que puede alcanzar también al colon y ciego (E. ovinoidalis). Dependiendo de las especies de Eimeria causantes de la infección pueden aparecer placas (E. bakuensis y E. ahsata) y pequeños nódulos de color blanco de 1-2 mm que corresponden a macroesquizontes de E. ovinoidalis(íleon), E. parva (intestino delgado), E. intrincata (en forma de cono en intestino delgado) o E. gilruthi (nódulos ovoides o triangulares en abomaso, duodeno y yeyuno). En infecciones por E. ovinoidalis y E. parva se pueden producir también petequias hemorrágicas en intestino grueso. Microscópicamente, se aprecia la pérdida de epitelio intestinal, junto con hiperplasia de las criptas, atrofia de las vellosidades y depleción de linfocitos en las placas de Peyer.
 
Diagnóstico
El principal signo clínico es la diarrea, que por otra parte puede ser debida a otras causas (infecciones bacterianas, víricas, etc.), por lo que el diagnóstico debe apoyarse también en datos epidemiológicos y fundamentalmente en los exámenes de laboratorio junto con el examen histopatológico después de la necropsia.
El análisis coprológico mediante flotación permite la identificación microscópica de los ooquistes de las diversas especies de Eimeria (figura 1). Mediante análisis cuantitativo con el método de McMaster modificado se puede determinar el número de ooquistes por gramo de heces, aunque su relación con la gravedad de la infección depende de la especie. En este sentido, el recuento puede ser de cientos de miles de ooquistes por gramo de heces con signos clínicos evidentes y por el contrario, la infección puede ser clínicamente leve con recuentos muy superiores, lo cual indica la diferencia en la patogenicidad de las distintas especies y la necesidad de identificar los ooquistes esporulados de acuerdo con sus características morfológicas.
El examen de los animales tras la necropsia y de las lesiones macroscópicas intestinales correspondientes es muy orientativo, precisando la realización de raspados o cortes histológicos para observar los esquizontes y gamontes en las células del epitelio intestinal.
Tratamiento
El tratamiento puede administrarse preventivamente o puede ser curativo, cuando la infección clínica es evidente, y debe incluir a todos los animales del rebaño. Los fármacos utilizados son muy numerosos y en ocasiones se utilizan combinados, administrados en pienso o en el agua de bebida para conseguir mejores resultados (tabla).
 
Prevención y control
La prevención de la coccidiosis requiere la integración de medidas de control sanitario, manejo y control terapéutico, según las condiciones de la explotación y teniendo en cuenta los mecanismos de transmisión y la necesidad de aplicar medidas rápidas para prevenir la infección. Por ello, es necesario separar los animales infectados del resto y colocarlos en lugares secos y limpios. También es conveniente separar los animales por edades, vigilar la alimentación, administrar suplementos vitamínicos y minerales y realizar controles periódicos para descartar la infección por Eimeria.
La quimioprofilaxis resulta de utilidad y en algunas explotaciones se administran coccidiostáticos durante 15-30 días a partir de la tercera o cuarta semana de vida. No obstante, hay que tener en cuenta que si bien previenen la infección, interfieren con el desarrollo del estado inmunitario, por lo que si se suprimen de forma brusca pueden producirse brotes clínicos.
Así mismo es necesario controlar la entrada de animales en la explotación estableciendo cuarentenas y es primordial mantener la limpieza del suelo y paredes de corrales y parideras, así como de comederos y bebederos, manteniendo la cama seca para inactivar los ooquistes presentes.
Por lo que se refiere a la inmunidad, es conveniente tener en cuenta que los anticuerpos calostrales inducen una protección pasiva durante las primeras semanas de vida, aunque estos descienden rápidamente y los animales son receptivos a la infección a partir de las 3-4 semanas de edad. Por el contrario, los animales adultos resisten la infección, precisamente al haber padecido infecciones previas, convirtiéndose en portadores asintomáticos y eliminadores de ooquistes en sus heces.
Ciclo biológico
La infección en el ganado ovino se produce mediante la ingestión de ooquistes esporulados que en el tracto digestivo liberan los cuatro esporocistos, y posteriormente los ocho esporozoítos, que son los que invaden las células epiteliales del intestino delgado y se transforman en células globosas: los trofozoítos.Los trofozoítos se dividen asexualmente para dar lugar a macroesquizontes de primera generación (mayores de 100 µm) que contienen numerosos merozoítos que penetran en nuevas células intestinales transformándose en esquizontes de segunda generación, que contienen menor número de merozoítos. Cada especie de Eimeria tiene un número fijo de generaciones esquizogónicas.
A partir de los merozoítos, mediante gametogonia, se producen células diferenciadas sexualmente: macrogametos y microgametos; estos últimos tienen dos flagelos, salen de la célula parasitada y fecundan a los macrogametos, dando lugar a la formación de un cigoto que forma el ooquiste, el cual sale de la célula hacia el intestino y es eliminado con las heces. La esporulación de los ooquistes tiene lugar en el medio externo al cabo de horas o de días, cuando existen condiciones favorables de humedad y temperatura.

Caridad Sánchez Acedo, Ana Ramo López-Angulo, Emilio del Cacho Malo y Joaquín Quílez CincaDepartamento de Patología Animal
Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza

jueves, 21 de noviembre de 2013

Hasta el 30 por ciento de mortalidad en corderos por la fiebre transmitida por garrapatas

La infección la produce Anaplasma phagocytophilum
La fiebre transmitida por garrapatas, cuyo agente etiológico es A. phagocytophilum es una seria amenaza para la ganadería ovina. La puesta en marcha de medidas preventivas y el estudio de la genética de las ovejas pueden ser las claves para controlar esta enfermedad.
La web ScienceDaily.com ha publicado una noticia en la que expone la preocupante situación a la que puede verse enfrentada la ganadería ovina y cómo poner en marcha medidas para evitarla. La enfermedad que puede comprometer la continuidad del sector ovino en muchos lugares del mundo es la fiebre transmitida por garrapatas (TBF, tick-borne fever es su denominación en inglés), cuyo agente etiológico es A. phagocytophilum, que cursa con episodios de fiebre alta y debilitación del sistema inmunitario del animal infectado.
La enfermedad puede determinar hasta un 30 por ciento de mortalidad en corderos, aunque no es fatal por sí misma. No obstante, la inmunodepresión que produce hace que los animales puedan infectarse con numerosos patógenos secundarios que son los que acaban el trabajo empezado por A. phagocytophilumPasteurella es uno de ellos. Aparte de las bajas, hay que enfrentarse a secuelas consecuencia de estas infecciones secundarias, como artritis.
¿Cómo se puede controlar el problema?
Lo primero es evitar las infestaciones por garrapatas, utilizando productos garrapaticidas en programas de desparasitación bien diseñados. Otra recomendación es vacunar a los animales frente a Pasteurella en las áreas donde los parásitos son abundantes en los pastos y la TBF tiene alta prevalencia.
Otra medida que resulta eficaz en la disminución de la gravedad del proceso es la desinfección del cordón umbilical de los corderos inmediatamente después de su nacimiento. De esta forma se evita que bacterias oportunistas penetren en el torrente sanguíneo y se queden acantonadas en el organismo a la espera de una bajada de las defensas.
Respecto a la posibilidad de seleccionar animales que sean resistentes a la TBF, es una de las áreas que se está investigando en la actualidad. Las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento evidencian que la enfermedad no evoluciona igual en todos los corderos que la sufren y los estudios buscan si existe una causa genética para ello y si se podría fijar mediante un programa de selección.
Cuidado con la infección zoonótica
A. phagocytophilum también tiene potencial zoonótico y puede infectar a personas de la misma forma que a los corderos, mediante la picadura de garrapatas. Pero todavía no hay suficiente información para saber si se trata de algo ocasional o puede ser un problema de salud pública.
La infección produce en los seres humanos una sintomatología que se puede confundir con un proceso gripal, pero en pacientes con el sistema inmunitario deprimido llega a causa neumonía. No se tiene constancia todavía de ninguna muerte ocasionada por el proceso.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Ovinos: Las madres merecen la mejor comida



El experto uruguayo Gianni Bianchi propone un camino para hacer eficientes a los distintos protagonistas de la producción de carne ovina. En este caso, el trabajo se titula “Trece razones sobre la importancia de guardar la mejor comida para después de que paran las ovejas”.-


1. La producción de leche de la madre “se juega” en el pos-parto (a pesar de que la alimentación pre-parto incide, pero en menor medida): en las primeras tres semanas de parida ocurre el pico y su magnitud determina la persistencia.

2. El crecimiento de los corderos está altamente relacionado con la producción de leche de la madre en las primeras 12 semanas.

3. Es mucho más fácil y menos costoso alimentar al cordero en primavera (si el servicio es, como corresponde, en otoño) que hacerlo en el verano.

4. En esta última estación las alternativas forrajeras son más dependientes del clima (agua).

5. No es lo mismo llegar al verano con un cordero de 25-28 kg (lanero o cruza carnicero, respectivamente) que hacerlo con un cordero de 20–25 kg.

6. En el primer escenario, ese cordero de razas laneras, si es macho, se “eterniza” en el campo y, si es hembra, no llega a “encarnerarse” a los dos dientes. En el caso de que sea cruza, no se está aprovechando el potencial de crecimiento, demorando el engorde innecesariamente.

7. Si se es criador y la idea es vender el cordero al destete, el precio baja sensiblemente, si es que los invernadores se lo levantan.

8. Si, además de brindarle lo mejor a la oveja parida, la servimos en marzo (y no en abril o en marzo-abril), la eventual menor tasa ovulatoria se compensa con la concentración en la parición (con lo cual la corderada es más pareja) y, sobre todo, con el mes que le “ganamos” al cordero, destetándolo en diciembre con casi cuatro meses de edad. Claro que es menester tener comida en el invierno.

9. La idea es sacar el cordero con no más de seis meses o entregarlo al destete, recibiendo el precio del cordero pesado en ese momento y una re-liquidación que “emparde” el valor del kg al momento de ser comercializado.
10. Éste es un camino para hacer eficientes a los distintos protagonistas de la producción de carne. El criador, si no puede engordarlo, debe saber que tenerlo un año para sacarle un vellón no paga el campo que ese animal ocupó. El invernador debe pensar que su ganancia no puede salir del precio que compra el cordero, sino de la seguridad de Trece razones de la importancia de guardar la mejor comida para después de que paran las ovejas  tener todos los años un volumen de corderos de calidad para engordar, cuando sus mejoramientos lo requieran.

11. En este escenario la industria, al menos alguna industria, se embarcaría, quizás financiando parte del cordero al invernador (bajo la modalidad de adelanto), si es que éste asegura cantidad y calidad para cuando el negocio se pacte, liquidando el precio del cordero en función de la calidad real y objetiva
que tenga. Con lo cual los corderos que participen de este circuito no pueden valer ni parecido al cordero pesado tradicional.

12. Así empieza a construirse “la cadena que no es cadena”.

13. Hasta desde el punto de vista de la producción de lana, el futuro vellón depende mucho más de la rápida maduración de los folículos secundarios, que de la población folicular que se define al parto y que es menos dependiente del ambiente.

Por Gianni Bianchi – Email: tano@fagro.edu.uy
Publicado en el suplemento Agropecuario del diario El País de Uruguay.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Crecerá comercio de carne ovina


El comercio mundial de carne ovina podría crecer 16% y acaparar 961.000 toneladas, según un análisis del organismo especializado de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El mayor aumento deberá venir desde China, donde las importaciones vienen aumentando significativamente en los últimos tres años.
En caso de Uruguay, China es el principal mercado, pues no solo se lleva toda la res con hueso en seis cortes, sino que a la vez, está comenzando a comprar cortes de mayor valor y a competir con la Unión Europea por ellos. El segundo gran mercado es Brasil, otro destino donde se pueden colocar cortes con hueso y donde los precios son muy buenos, pues debe ponerse a la par de China para no perder oferta.
FAO prevé que también se incremente la demanda desde la Unión Europea, Estados Unidos, Emiratos Árabes, Qatar y Malasia, entre otros destinos. Casi el 85% del comercio mundial, incluyéndose animales vivos, deberá venir de Australia y Nueva Zelanda. Pero China y Oriente, con su demanda, están haciendo cambiar el tipo de carne importada, inclinándose hacia la carcasa entera y todas las menudencias de la especie.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Ovejas que marcan tendencia


•La crianza de la raza ovina Hampshire Down tiene su epicentro en el sur de Santa Fe. Numerosas cabañas ponen todo su empeño en dicha actividad y sus dueños comentan el porque de semejante desarrollo en la zona. Repasamos los distintos premios que han obtenido a nivel nacional.
Sin dudas Venado Tuerto y su región marcan la tendencia y el liderazgo de la raza ovina Hampshire Down en el país. Los mejores animales, la mejor apariencia y calidad están en la zona, con las diferentes y numerosas cabañas que día a día mejoran sus condiciones y año tras año obtienen destacados premios en Palermo argumentando lo dicho.
El imponente blanco y sus “caras negras”, como son llamadas vulgarmente, hacen de esta raza un atractivo único. La gente se maravilla en cada evento con estos animales y Venado Tuerto y la región continúan marcando el camino de esta actividad, con cabañas como “La Constancia” de la familia Gallo ubicada en Runciman, “La Virginia” de Edgardo Cardozo también de Runciman, “Unelen” de Ariel Manfroi en Venado Tuerto y “La Callejera” de Carlos Amato en la zona rural de Carmen.
Las claves
La actividad es una de las menos costosas para iniciarse, la que menos inversión demanda, pero los cabañeros coinciden en que debe gustar para hacer un buen trabajo y obtener logros. “Es una raza totalmente carnicera de muy buena calidad, de mucho prestigio en el país por los años que hace que está, y que nosotros en esta zona hayamos obtenido hoy esta genética me parece muy importante”, manifestó Ariel Manfroi de “Unelen”.
Luego añadió que a principios del mes de agosto su cabaña realizó el tercer embarque a Brasil de animales en pie, demostrando la importancia del Hampshire en el país y la satisfacción de que su cabaña va por buen camino.
Por su parte, Cardozo de “La Virginia”, destacó que “es la mejor zona en cuanto a estos animales, por la cantidad de campeones que ha habido en Palermo y por la majada que se ve. Yo este año tengo en Hampshire la majada más grande, creo que la zona trabaja muy bien sobre esta raza y los resultados están a la vista”.
Germán Gallo destaca la importancia de la genética. “La Constancia” hace ya más de 45 años (cuatro generaciones) que trabajan con la raza Hampshire Down. “Un 50% es genética y un 50% es manejo, ya sea alimentación o manejo en sí, como mansedumbre de los animales, acostumbrarlos a caminar y varias cosas que influyen para poder estar presente en una pista de Palermo”, opinó uno de los hijos de Roberto Gallo, dueño de la cabaña.
Cardozo opta por destacar el trabajo de muchos años, la trayectoria y constancia, como así también la genética muy bien mantenida, mejorada y modificada en casos. “No es algo improvisado, es importante el manejo y cuidado del animal, porque por ejemplo la vaca pone un 60% y la gente el otro 40%, en cambio la oveja es al revés, ella pone el 40 y nosotros el 60%, es un animal mucho más vulnerable y hay que cuidarlo más”, indicó el especialista en el tema.
Por su parte, Ariel Manfroi es simple y preciso, y comenta que “son tres patas: genética, nutrición y cuidado. Si falla una falla todo lo demás, es el cuidado de todos los días, tener una buena genética y una buena nutrición, en el conjunto de todas esas cosas es muy probable que obtengas buenos logros”.
El desempeño a nivel nacional
Las cabañas de dicha región han sabido y saben ganar grandes premios en la Rural de Palermo en varias oportunidades, y este 2013 no fue la excepción. “La Constancia” obtuvo el premio Gran Campeón Hembra, “La Virginia” se alzó con el Gran Campeón Macho, mientras que “Unelen” se quedó con el Reservado Gran Campeón Macho y Hembra, respectivamente.
“Es una satisfacción inexplicable por el trabajo que uno hace día a día, lograr algo así en la exposición más importante que tiene el país no es poca cosa”, dijo Germán Gallo, de “La Constancia”. Su animal compitió como oveja (cuatro dientes) consagrándose campeona, para luego competir en la final con la campeona dos dientes y la campeona dientes de leche y obtener el premio mayor en Palermo. Más de 50 hembras fueron las que compitieron ante un jurado de lujo, extranjero por cierto.
Por su parte, Edgardo Cardozo, comentó que desde un principio le gustaban los animales que llevaba, extraídos de un muy buen lote, muy parejo. Logró el campeón dientes de leche, el campeón carnero y el reservado campeón dos dientes, por lo que le faltó muy poco para tener una final completamente de su cabaña. Finalmente su carnero fue quien obtuvo el premio Gran Campeón Macho.
“En 25 años que voy a Palermo tengo 11 grandes campeones, hay que sentirlo para saber lo que es, algo increíble, porque se trabaja todo el año para eso y no es fácil, hay que saber elegir el mejor animal para competir. Allí va lo mejor del país y es algo muy lindo, se siente la alegría de todos los que trabajamos en esto y eso es importante”, describió el cabañero.
Germán Gallo está convencido de que las claves para llegar donde hoy están es el día a día y explica una situación que vivieron hace unos meses. “Cuando volvimos de Buenos Aires ya nos tuvimos que poner a trabajar para lo del año que viene, es un trabajo que va día a día desde que nace el cordero hasta que se llega a Palermo, no hay que aflojarle ni un poquito y así se llega con los animales en óptimo estado”, dijo el joven.

La relación con el Gobierno
  • El sector ovino tiene un escenario distinto al panorama general. “Lo que nosotros hacemos a nivel cabaña lo hacemos bien y tranquilos, no interfieren porque no tienen mucho que interferir”, dijo el dueño de la cabaña “La Virginia”.

La actividad es una de las menos costosas para iniciarse, la que menos inversión demanda, pero los cabañeros coinciden en que debe gustar para hacer un buen trabajo y obtener logros.

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Apoyo. La gestión de Bonfatti viene mostrando un marcado interés en el incentivo a la producción ovina.

El dato
Cuestión de tamaño
  • Mientras que el responsable de la cabaña venadense “Unelen” asegura que la oveja cumple un rol diminuto en la economía del país y por eso todavía no le ha metido mano el Gobierno. “Mientras sigamos ocupando este pequeño rol no vamos a tener tanta traba, el problema va a ser si lo potenciamos y nos vamos a competir a grandes escalas, nos van a empezar a poner las trabas como a toda economía regional, más este Gobierno que necesita recaudar”, indicó el venadense.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Bajaron valores de lanas finas por menor demanda

URUGUAY : Los precios de las lanas finas cayeron en las últimas semanas, por una baja en la demanda de China y Europa. A su vez, las lluvias registradas en diferentes zonas del país no están permitiendo superar los atrasos de unos 15 días en las esquilas.
La cotización de las lanas finas, especialmente las de raza Merino (las de mayor operativa), viene en franca baja desde hace dos semanas. Esto ha provocado una sensible disminución en el número de transacciones, dijo a El País el presidente de la Unión de Rematadores y Consignatarios de Lanas del Uruguay, Ricardo Stewart.
“En los últimos días aflojó la demanda, los valores y por tanto la operativa. Ya no se paga, salvo por lotes de punta, entre US$ 6,50 y US$ 6,60 por kilo como al comienzo de esta campaña. Los precios que se daban en ese entonces conformaban a los productores, lo cual agilizó en ese momento las ventas”, afirmó Stewart.
De acuerdo a las estadísticas dadas a conocer por esta gremial para lanas de raza Merino Australiano/Dohne de entre 20 y 20,9 micras de grosor, sin acondicionar, se pagan US$ 6,20 por kilo, mientras que por aquellas de entre 21 y 21,9 micras, la cotización es de US$ 6 por kilo.
El operador Gonzalo Barriola indicó que la caída en la demanda por lanas finas obedece a que los principales mercados compradores, China y Europa, están recurriendo mayoritariamente a Australia a la hora de comprar. Esto se debe a que la calidad de las lanas de ese país productor es considerada más elevada.
“Las cotizaciones comenzaron esta campaña muy abajo, ya que la anterior no fue buena, luego tuvieron picos importantes para posteriormente descender” sostuvo Barriola.
“Lo que ocurre en las lanas (finas) es un reflejo de lo que pasa en la economía mundial, especialmente en Europa. En ese continente, en donde están las principales colecciones de moda que utilizan esta materia prima, (los países) siguen estando en muchos casos en crisis”, indicó el operador.

En el espectro de lanas finas, las de raza Merino son las que concentran la mayor parte de la operativa en el mercado local. Otras como las de la raza Merilin o las cruzas son un porcentaje menor en el total, sostuvo Stewart. “Si los valores repuntan, y vuelven a los de semanas atrás los productores venderán. Pero al día de hoy no están dispuestos a comercializar”, afirmó el gremialista.
En lanas gruesas, en tanto, la situación se mantiene incambiada, y no se están experimentando las bajas, tanto en precios como en transacciones que sí se dan en finas.
“En Corriedale sigue la demanda sobre los valores ya existentes, que giran en torno a los US$ 3,30 a US$ 3,40 por kilo, según el negocio, en la mayoría de los casos. Estos son similares a los de las semanas anteriores. Los productores están conformes con estos precios y por tanto venden”, dijo Stewart.
Por otro lado, las precipitaciones en distintas partes del país ocasionaron atrasos en las esquilas que, según la zona, rondan los 15 días, indicó el titular de la gremial lanera.
“Seguimos con mucho volumen de lanas sin esquilar, con importantes retrasos provocados por las lluvias. Este tema se está convirtiendo en un problema de relevancia”, afirmó Stewart.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

EEUU habilitó el mercado para el ingreso de carne ovina uruguaya


El proceso de habilitación para el producto desosado había comenzado en 2005.
El subsecretario de Agricultura de Estados Unidos, Edward Avalos, comunicó este miércoles al gobierno uruguayo que quedó habilitado el mercado estadounidense para el ingreso de carne ovina uruguaya. Avalos llegó a Uruguay para una visita que se extenderá hasta el fin de semana.
Según Avalos, el gobierno estadounidense publicará este jueves la norma final y el mercado quedará operativo en los próximos 15 días. “No habrá tope ni cuotificación para la carne ovina uruguaya”, remarcó Avalos, al hacer el anuncio en la sede del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
En la sede ministerial se encontraban el canciller uruguayo, Luis Almagro; el titular del MGAP, Tabaré Aguerre; y los embajadores de EEUU en Uruguay, Julissa Reynoso, y de Uruguay en EEUU, Carlos Pita. De esa forma se pone fin a un proceso que se inició en el año 2005, durante el gobierno de Tabaré Vázquez.
Como la autorización es para carne ovina desosada, el ministro Aguerre aprovechó la presencia del jerarca estadounidense para entregarle en mano una solicitud para que comience el análisis de riesgo para el ingreso de carne ovina con hueso.

martes, 12 de noviembre de 2013

Control sanitario de los carneros


El carnero es el elemento clave tanto para lograr una buena eficiencia reproductiva de la majada como para el mejoramiento genético de las mismas. Para el buen desempeño de los carneros, en un momento decisivo como es el servicio, es necesario que los animales lleguen en un estado óptimo de salud.
¿USTED CONTROLA SUS CARNEROS ANTES DEL SERVICIO?
Existen enfermedades generales que sufren los carneros al igual que las ovejas, como son la sarna, el ectima contagioso o boquera, la enterotoxemia, la gangrena gaseosa o mancha, la gastroenteritis parasitaria por parásitos redondos (nematodes), la fasciolosis o saguaypé, la queratoconjuntivitis, infestación por melófagos, el pietín, entre otras. Pero hay un grupo de enfermedades que afectan específicamente el aparato reproductor del carnero, causándole trastornos de infertilidad o sub-fertilidad y por lo tanto lo inutiliza para su función principal que es la reproducción.
El efecto negativo de las enfermedades reproductivas se traduce en: a) una menor eficiencia reproductiva de la majada. b) pérdida de animales de alto valor genético a causa del descarte. c) inconvenientes en el manejo de la majada debido a la presencia de enfermedades y por las actividades de control de las mismas. d) menos ingresos por venta de reproductores y germoplasma. e) pérdidas económicas por erogaciones innecesarias en tratamientos y honorarios profesionales. f) desprestigio de la cabaña o establecimiento.
Por todas estas razones hay que tener controlados sanitariamente a los carneros a fin de:  no mantener animales en el campo que no van a preñar ovejas durante el servicio; evitar que pueden transmitir enfermedades a otros carneros y hembras de la majada; y que seguirán generando los mismos gastos que los machos sanos, tales como vacunaciones, calcificantes, vitamínicos, desparasitaciones, tratamientos antisárnicos, suplementos alimenticios, etc. 
¿ENTONCES, QUÉ CONTROLES HABRÍA QUE HACER?
Lo ideal es controlar los carneros dos veces al año, a fin de mantener su estado de salud en un nivel adecuado.
a) Control pre-servicio.
En base a nuestra experiencia en Patagonia, recomendamos realizar una inspección de los carneros que llamamos revisación pre-servicio entre 45 a 60 días antes de comenzar el servicio. Esto es, entre febrero y marzo para los servicios de otoño. De esta manera habrá tiempo suficiente para realizar los análisis que sean necesarios, poder evaluar los resultados de campo y laboratorio, eliminar los animales con problemas y poder comprar, o buscar entre los propios, carneros de reemplazo. El objetivo de la revisación pre-servicio es el de utilizar carneros en buen estado de salud, fuertes y fértiles, en las proporciones adecuadas al servicio.
b) Control post-servicio. 
En campos donde a la inspección pre-servicio se detecten problemas de tipo infeccioso y/o contagioso se recomienda realizar una segunda y hasta una tercera revisación clínica en la época del post-servicio. Tales problemas son inflamaciones de epidídimo (perillas) o de los testículos, producidas por bacterias como la Brucella ovis, Actinobacillus seminis, Histophilus ovis, etc.
Entre los 30 y 60 días de finalizado el servicio realizar el segundo control de los carneros. En esta fecha, se revisan clínicamente todos los animales como se hizo en el pre-servicio. También se vuelve a boquear para descartar animales que no van a ser aptos para un próximo servicio. Se extrae sangre y eventualmente semen para su envío al laboratorio.
El objetivo de la revisación post servicio es el de no retener en el campo, hasta el próximo servicio, animales que no resultarán útiles para la reproducción. No sólo van a seguir generando gastos sino que, además, al estar infectados van a mantener la enfermedad en el campo. Para el caso de las enfermedades infecciosas hay que cortar la transmisión de las mismas a los animales sanos.
Para estos controles recomendamos que contacte al veterinario de su confianza que está para hacer el trabajo junto a usted, tomar las muestras adecuadas e interpretar los resultados del laboratorio.
¿CÓMO SE REVISA UN CARNERO?
1.- Deben revisarse clínicamente todos los carneros entren o no a servicio, incluyendo los carneros retajos. Todos deben estar caravaneados para poder identificarlos correctamente, en cualquier momento del año.
2.- El animal debe colocarse sentado sobre sus cuartos posteriores, erguido y con la cabeza levemente levantada (foto 1). Se comienza con una vista general del animal, para detectar algún defecto corporal muy llamativo, ver estado de las pezuñas, y tomar al mismo tiempo el número de caravana o tatuaje. Estar atentos a los defectos y lesiones de ojos como entropión y ectropión, “nubes” o úlceras en los ojos como secuelas de Queratoconjuntivitis. Seguidamente se procede al “boqueo” del animal para constatar problemas de dentición y mandibulares (foto2) y determinar edad para poder descartar los animales viejos (boca llena en adelante).
 3.- A continuación, se revisan los ganglios linfáticos superficiales. Comenzando de arriba hacia abajo, se palpan los ganglios submaxilares, retrofaríngeos y parotídeos, los pre-escapulares (Foto3) y los pre-crurales o pre-femorales. La tarea consiste en observar aumento de tamaño y variaciones en la consistencia de los ganglios. Tener presente que las vacunaciones pueden producir un aumento temporario en el tamaño y la consistencia de los ganglios linfáticos cercanos al punto de inoculación.
4.- Seguidamente se toma con ambas manos la bolsa escrotal y en su parte superior, pegado a la pared del abdomen, se palpan los ganglios inguinales o escrotales. Luego, con un suave movimiento de tracción hacia afuera, se trata de bajar ambos testículos desde la zona inguinal, hasta tenerlos totalmente dentro de la bolsa escrotal. Buscar presencia de líquidos en la cavidad escrotal, temperatura aumentada o color anormal del escroto, heridas, lesiones de ectoparásitos, etc. Luego se palpan detenidamente y simultáneamente ambos testículos y epidídimos con ambas manos a fin de ir comparándolos permanentemente en los diferentes aspectos de la evaluación.
En esta tarea se presta atención a: a) El tamaño testicular y epididimario; b) La forma del testículo y del epidídimo; c) El tono o turgencia del tejido testicular; d) La elasticidad del tejido testicular; e) La temperatura y f) La simetría. 
El libre desplazamiento de los testículos y epidídimos dentro de la cavidad escrotal.
5.- Continuamos con la revisación de los epidídimos, palpando en su recorrido primero las cabezas, luego cuerpos y finalmente colas. Se buscan endurecimientos, aumento de tamaño, cambios significativos en la consistencia o ubicación, adherencias etc. Se continúa palpando hacia arriba, recorriendo el cordón testicular en busca de lesiones como varicoceles, hernias inguinales, malformaciones, etc.
6.- Se extrae luego el pene de la cavidad prepucial para evaluar su estado y descartar problemas. Estos pueden ser: infantilismo, presencia de úlceras, heridas y/o verrugas en la mucosa peneana y prepucial, estado del apéndice vermicular por posibles secuelas de cálculos urinarios. También hay que evaluar el grado de desplazamiento del pene hacia afuera y hacia adentro de la cavidad prepucial.
7.- Ya con el animal nuevamente en pie, se evaluará la condición corporal a fin de detectar carneros que no están en un estado corporal óptimo para entrar a servicio. Se recomienda una condición corporal no menor a 3 para los carneros al momento de entrar a servicio.
¿QUÉ HACER TRAS LA REVISACIÓN CLÍNICA DE LOS CARNEROS?
Completada la revisación clínica y la toma de muestras, se determina el destino del carnero, respecto de si entrará a servicio, si se lo apartará del resto y se lo dejará en observación y/o tratamiento o si debe ser descartado de la majada.
Algunos criterios que pueden ser de utilidad al momento de tener que decidir el destino de cada animal: a) Si tiene defectos congénitos el animal debe ser descartado, aún en los casos en que el defecto no sea grave o comprometa el rendimiento del animal. Como se sabe, estos defectos se transmiten a la descendencia; b) Deben descartarse carneros que presenten lesiones en testículos, epidídimos o pene, que comprometan la fertilidad del animal o que sean fuente de contagio para otros carneros o hembras; c) Descartar carneros con defectos de aplomo, que pongan en duda la capacidad de monta del animal; d) Descartar todos los carneros que resulten positivos a los análisis de semen o sangre respecto a cualquier enfermedad infecciosa que afecte el aparato reproductivo, fundamentalmente Brucella ovis; e) Apartar para su estudio carneros con presencia de enfermedades crónicas y/o posiblemente contagiosas; f) Observar carneros con los ganglios linfáticos superficiales muy tomados, especialmente los pre-crurales y escrotales; g) Observar carneritos jóvenes que al momento de su primer servicio, no tengan un desarrollo y tono adecuado de los testículos; h) Si bien no se descartan de la majada, no enviar a servicio, carneros en mala condición corporal; i) Descartar carneros que presenten defectos en la boca o mandíbulas; j) Descartar carneros con dentadura deficiente. 
(*) El autor es miembro de la Estación Experimental Agropecuaria Inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) Bariloche. Detalle de la imagen que ilustra la nota: Foto 1: Posición del carnero para la revisación clínica. Foto 2: Carnero que debe descartarse por la presencia de defectos mandibulares. Foto 3: Revisación de los ganglios pre-escapulares. Y foto 4: Revisación de testiculos y epidídimos.
Control sanitario de los carneros

viernes, 1 de noviembre de 2013

Manejo de ovejas



Con las prácticas adecuadas, la ganadería ovina en la estepa patagónica podría ganar mucha competitividad. El Inta comparó dos situaciones productivas contrastantes. Recomendaciones para obtener los mejores resultados.
Con las prácticas adecuadas, la ganadería ovina en la estepa patagónica podría ganar mucha competitividad”.
En la zona costera de Chubut, una majada de 800 ovejas registró más de 138 mil pesos en ingresos por venta lana y corderos, al mismo tiempo que logró estabilizar la producción sin degradar el pastizal natural, principal alimento de la hacienda. Sin embargo, con 200 animales más, ese mismo campo arrojó resultados productivos y económicos muy diferentes: ventas por 134 mil pesos, una pérdida de 30 ovinos y una majada envejecida, sin contar el impacto ambiental negativo. Para los especialistas, el factor decisivo es el correcto ajuste de la carga animal y un manejo atento de los pastizales.
“Estamos tratando de estimar la producción, la rentabilidad económica y la estabilidad que tendría un sistema con una carga ajustada y compararlo con sistemas mal manejados. Los resultados nos están dando, en general, que el beneficio de producir con menos animales es el mismo, con menos complicaciones y, además, es sostenible en el tiempo”, dijo Gustavo Buono, técnico del grupo Pastizales Naturales del Inta Chubut.
Aunque, tras años de sequía comenzaron a incorporarse forrajes, granos y balanceado en los campos de la estepa patagónica, el pastizal natural sigue siendo el alimento principal para la ganadería ovina extensiva, con ovejas de la raza Merino utilizadas para lana fina.
“En la zona de la estepa la producción es bastante tradicional, los productores se esfuerzan por el mejoramiento genético de las majadas pero está faltando prestar más atención al manejo de pastizales”, observó Buono.
“La metodología histórica era poner una cantidad de animales en el campo que generalmente era más elevada de lo conveniente y en determinados lugares eso produjo grandes daños en materia de desertificación”, dijo Buono, quien explicó que luego de años de ensayos en los que evaluaron “miles de hectáreas en toda la región” para determinar cómo ajustar la cantidad de animales y aprovechar mejor los campos, los resultados obtenidos fueron muy diversos. “Uno de los defectos más grandes observados era la mala estimación de la superficie de cada uno de los cuadros y del total del establecimiento”, sostuvo el técnico.
“La receptibilidad en los campos de la Patagonia es muy variable, porque hay un gradiente de lluvias desde la cordillera hacia el mar que determina la productividad de los pastizales”, aseguró Buono. En ese sentido, la diferencia de ambientes marca también divergencias de producción y calidad: “en la precordillera hay unos 480 o 500 milímetros de lluvia que hacen a los pastizales mucho más productivos que los de la meseta central, donde las precipitaciones son de 150”.
De acuerdo con el especialista del Inta, los pastizales más productivos soportan un ovino por hectárea, mientras que en los más pobres la carga es de uno cada cinco. “Pero la historia de uso del campo también afecta esa productividad”, consideró Buono, dado que, por ejemplo, “si se utilizó siempre una carga ajustada entonces se va a poder sostener ese animal por hectárea, pero si durante mucho tiempo hubo sobrepastoreo, entonces seguramente podrá soportar la mitad”.
Cómo impacta la sobrecarga
En un primer momento, el exceso de carga disminuye la cobertura de la vegetación, lo cual conduce a la muerte de las plantas más palatables para el ganado y a un recambio en el pastizal: en consecuencia, indicó el técnico, se reduce la carga que puede sostener ese campo. “Tener más animales de los que corresponde hace que sufran el stress de no tener alimento y no sólo producen menos carne o lana, sino que además las ovejas tienen menos corderos y comienza a armarse un ciclo de envejecimiento de la majada”, precisó Buono.
Ante la pérdida de stock, los productores suelen guardar animales, pero conservan material genético que en otras circunstancias descartarían. “Cuando la señalada no alcanza para reemplazar a los animales que se van muriendo, retienen a los más viejos, lo que después de algunos años genera un problema muy grande”, añadió.
El Inta desarrolló métodos para estimar la carga, adaptable según la zona. En el caso de Chubut, se implementó el método de “valor pastoral”, que considera el aporte forrajero de la vegetación, la superficie de todos los recursos del establecimiento y estima un valor de carga que permitiría la buena producción de los animales.
En la zona de la estepa la producción es bastante tradicional, los productores se esfuerzan por el mejoramiento genético de las majadas pero está faltando prestar más atención al manejo de pastizales.
El privilegio de los oasis ganaderos
Característicos de la Patagonia, los mallines son ambientes especiales, con mucha disponibilidad de agua en superficies más acotadas. En promedio, ocupan el cinco por ciento de la región y su producción llega a ser hasta 20 veces más que en la estepa circundante.
“Podríamos decir que el cinco por ciento de la superficie de la Patagonia produce la misma cantidad de forraje que el 95 por ciento restante”, precisó Buono, para quien “la persona que cuenta en su campo con un mallín es realmente un privilegiado en la zona y estamos tratando de inculcar que protejan esos lugares”.
Como primera medida, recomienda separar el mallín de la estepa y delimitar potreros que permitan rotar los animales sin permitirles que coman todo el pasto disponible en cada ambiente.
En esos ambientes, continuó, algunas tareas son relativamente más sencillas: “No es lo mismo juntar la hacienda en un cuadro de 2.500 hectáreas que en un potrerito de 100 en un mallín”. A su vez, “el control de las pariciones es una ventaja, permite ofertar un pastizal de excelente calidad a la madre, tener los animales más concentrados y poder atenderlos más fácilmente que estando en la estepa”, agregó el técnico.
Buono señaló que un factor a tener en cuenta en los mallines son los rebrotes. “Como el agua proviene del ascenso de la napa a fines de invierno por la acumulación de lluvias y el deshielo en cordillera, hay una explosión de pasto a fin de primavera que debe aprovecharse antes de que comience a mermar la producción a mediados de verano. Entonces, el uso a fines de la estación no puede ser tan intenso como al principio”, detalló.